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El Informador Deportivo

Los Anti-

Los Anti-

Es curioso esto del fútbol. En ocasiones, la gente disfruta más la derrota de un equipo rival que la victoria del propio. Es uno de los riesgos que entraña la competitividad mal entendida. Es además un golpe a la deportividad y el caldo de cultivo de actitudes que además de impropias y reprobables, en ocasiones derivan en trágicos sucesos.

Anoche, entre la marea blanquizaul que celebraba en uno de los fondos del Santiago Bernabeu la consecución de la Copa del Rey, se dejaba ver una mancha de color diferente, roja y negra. Cuando el realizador pinchó un plano más cercano de esa sección del campo se pudo ver con claridad lo que provocaba esa "anomalía cromática": una bufanda del AC Milan, alzada al cielo de Madrid por un perico que aprovechaba la ocasión para hacer gala de antibarcelonismo apoyando a su rival en la Champions.

Por otro lado, muchos aficionados del Real Madrid se alegran de la victoria del Espanyol, como golpe al Zaragoza que les eliminó en semifinales y al Barcelona, por ser el otro equipo de la Ciudad Condal quien ganaba un título. Una corriente más o menos generalizada entiende incluso en la capital que el Espanyol es algo así como el filial del Real Madrid... algo inaudito. Ejemplos hay muchos más, desde la celebración de Samuel Eto’o el año pasado en el Camp Nou del Título de Liga hasta ese refrán que corre entre la afición valencianista que dice que "un valencià mal parit, és del Barça o del Madrit". O los tifos del Calderón en contra del Madrid, o la tensión Betis-Sevilla en la capital hispalense...

¿Quieren hacer un mapa de odios y rivalidades? Les propongo un juego. Cojan al azar cualquier ciudad española que tenga un equipo de Primera División y trazen el mapa de rivalidades de ese equipo con otros conjuntos. Repitan la operación con algunos de los equipos hacia los que apunten las primeras líneas, y así sucesivamente. El entramado resultante será una tela de araña. Algunas de esas rivalidades serán simplemente deportivas, otras tendrán tintes políticos o sociales, pero siempre habrá alguna línea que trazar.

La radicalización de los Anti- es uno de los motivos que da razón de ser a los grupos ultras, tal y como ellos mismos entienden su papel en este deporte. Hay que defender el honor y la integridad del propio club frente a los ataques de otros, ser los que más gritan, los que más animan, los que más viajan, los que hacen el tifo más grande y ya puestos, los que cazan a más hinchas del conjunto rival para reventarles los morros contra las aceras. El panorama no es nada halagüeño.

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