El FC Barcelona venció anoche en el estadio de Saint Dennis al Arsenal (2-1) y consiguió de esta forma su segunda Copa de Europa. Los goles de Eto'o y Belletti en la recta final del partido contrarrestaron el tanto incial de Sol Campbell, y desataron la euforia de los seguidores culés, que veían como pasaban los minutos sin que el Barça fuera capaz de reaccionar.
El guión del partido no fue ni remotamente parecido al que muchos imaginaban. Durante las útlimas semanas se había venido hablando de la condición de gran favorito del Barça, de la superioridad de su juego colectivo y de la desigualdad existente entre ambos conjuntos. Nada más lejos de la realidad. 90 minutos sobre un terreno de juego son impredecibles, y todo lo que se haya dicho o hecho antes de saltar al campo no vale de nada cuando el balón comienza a rodar.
La primera de las sorpresas fue la no alineación de Andrés Iniesta en el once titular blaugrana. Rijkaard apostó por la contención, situando a Mark Van Bommel en el centro del campo, como referencia destructora de los culés junto al brasileño Edmilson. Los primeros compases de partido demostraron que el holandés no había acertado el planteamiento de salida. Henry dispuso de dos claras ocasiones para adelantar a los gunners, que sólo el acierto de Victor Valdés evitó que se materializaran en gol.
Lehmann, expulsado
En el minuto 17 llegó una de las jugadas más conflictivas de todo el partido. Ronaldinho, casi inédito hasta el momento, encontró a Samuel Eto'o, que se plantó solo delante de Lehmann. El meta alemán derribó al camerunés en su salida desesperada y la pelota quedó suelta para llegar plácidamente a pies de Giuly, que marcó a puerta vacía. El noruego Terje Hauge señaló la falta de Lehmann y no concedió el gol del francés. La jugada se saldó con tarjeta roja. El Arsenal se quedaba con diez y todavía faltaban por disputar 70 minutos de partido.
Analicemos la jugada. El derribo es claro, Lehmann impacta con su brazo en la pierna del camerunés cuando éste le había superado por encima. La clave de la acción es que se produce fuera del área. En esta situación, Hauge podría haber dado la ley de la ventaja, concedido el gol del Barça y expulsado posteriormente al meta del conjunto inglés. Si por contra la jugada hubiera sido en el área, el noruego debería haber señalado penalty, ya que el reglamento recoge que no hay ventaja posible en este caso, y haber sacado amarilla a Lehmann. En declaraciones a un rotativo de su país, Hauge ha reconocido que "estaba demasiado en lo que pasó. El portero derribó al jugador y el silbato sonó sin que me tomara el tiempo de ver donde acababa rodando el balón".
Sea como fuere, Arsene Wenger se vió obligado a sustituir a un jugador de campo para dar entrada al portero suplente, el español Almunia. El elegido fue el francés Robert Pires, que disputó de esta forma sus últimos minutos con la camiseta del Arsenal, ya que la próxima temporada juagrá en la Liga Española, concretamente en el Villarreal.
Por delante con 10
Tomó mayores precauciones el Arsenal desde ese momento, ahorró esfuerzos innecesarios y confio en una jugada puntual que pudiera darle ventaja en el marcador. Y llegó esa jugada en el minuto 37. De nuevo se equivocó el árbitro noruego. Una jugada por banda de Eboué terminó en una falta por un supuesto contacto de Puyol que en verdad nunca se produjo. El francés Henry colocó el balón en la cabeza de Campbell para que el inglés rematara con contundencia y estableciera el 0-1 en el marcador. el fondo culé de Saint-Dennis quedó silenciado, mientras que el gunner se convertía en una fiesta.
El Barcelona pareció despertar en el tiempo restante, y tuvo tiempo de generar diversas ocasiones de gol. La más clara, de Eto'o, que estrelló un balón en el palo tras un rebote en el cuerpo de Almunia. Pese a todo, el marcador quedó como estaba al final de los primeros 45 minutos.
Los cambios, decisivos. La remontada, épica.
Rijkaard había tomado nota de los errores cometidos durante la primera mitad, y dió entrada en el terreno de juego a Iniesta. El Barça comenzó a carburar, a parecerse más a si mismo. El Arsenal decidió replegarse atrás y buscar la sentencia en una contra. A fé que dispuso de ocasiones para marcar el segundo. Con el Barça volcado en busca del empate, Henry y Ljunberg se toparon en sendas ocasiones con un inspirado Valdés.
Saltaron al campo Larsson y Belletti. La apuesta ofensiva ya era descarada y el tiempo juagaba en contra de los de Rijkaard. Pero en ese momento apareció el camerunés Eto'o para poner las tablas en el marcador. Iniesta combinó con Larsson, que asistió de forma magistral a Samuel para que batiera a Almunia por su palo. Delirio blaugrana bajo el diluvio parisino. El cielo parecía llorar la desgracia de un Barça que hasta ese momento se había mostrado incapaz de batir la meta inglesa. La posición de Eto'o muy justa, probablemente fuera de juego, pero poco importaba ya. El Barça había empatado en el minuto 76.
Todavía faltaba lo mejor por llegar. Cuatro minutos después, de nuevo apareció Larsson, que cedió la pelota a Belletti para que el brasileño desatara la locura con un centro-chut que se coló en la portería del Arsenal tras golpear en la pierna de Almunia. El recuerdo para su hijo del lateral quedó pronto en nada, porque Belletti desapareció debajo de la piña de jugadores del Barça que corrieron a abrazarle. Era el primer gol de la temporada en partido oficial de Juliano. No podía haber escogido mejor momento.
El Barça se dedicó desde ese momento a especular con el balón. El Arsenal, hundido y desfondado, no rondó con peligro la meta de Valdés en ninguna ocasión hasta el final del partido. Con el triple pitido de Hauge se acabó el partido en el minuto 93. Una formalidad, el partido se había acabado en el minuto 80 después del segundo gol blaugrana.
Puyol recogió la Copa, levantándola bien alto para que todos pudieran ver que el Barça es el nuevo Rey de Europa. Quizás ya lo era a principio de temporada, pero le faltaban el cetro y la corona para demostrar su autoridad. Con muchísimo más sufrimiento del que se esperaba, pero el objetivo estaba cumplido. En Barcelona ya hay un hueco en el Museu para la segunda Copa de Europa del Barça.